Resiliencia

La resiliencia es la capacidad de adaptarse a los cambios, de saber recuperarse y seguir adelante tras un evento o situación difícil, una crisis, un problema, pérdida o, simplemente, un cambio. Una imagen que nos puede ayudar a entender este concepto es la del bambú, que es capaz de moverse con el viento y volver a su estado natural cuando éste cesa. La característica fundamental es la flexibilidad y la capacidad de saber volver al centro, que lo diferencia, por ejemplo, de un árbol rígido que puede quebrarse por la mitad cuando arrecian vientos muy fuertes.

Vivimos en un mundo donde todo es cambiante. Cambian las estaciones, el clima, las personas crecemos y nos vamos enfrentando a pérdidas, separaciones, ciclos que se cierran, etc. Si es uno quien decice el cambio puede no resultar tan difícil, pero cuando los cambios nos vienen dados hay que trabajar mucho la aceptación (que no es lo mismo que resignación) y tratar de enfocar la situación de tal manera que podamos apreciar qué hemos aprendido de ella y qué oportunidad se nos abre tras este cambio. No es cuestión de negar que la situación nos pueda haber dañado, que quizá nos sintamos injustamente tratados por la vida, puede que haya que hacer un duelo, pero es importante, si es que queremos aprender el arte de la vida, tratar de hacerlo desde la comprensión y la serenidad y no desde el drama emocional o el victimismo. Eso no quita que no digamos lo que tenemos que decir, que no sintamos lo que en efecto sentimos, pero si contemplamos las cosas con mayor amplitud, seguro que el cambio que estamos viviendo, que vivimos o viviremos, contiene una perla maravillosa en forma de aprendizaje, que huele a sentido y sabe a verdad. Hacerlo es la clave para elevar nuestro nivel de conciencia, que al final es para lo que estamos aquí.