En el ámbito de la psicología, la represión se asocia generalmente a aquellos aspectos del ser humano considerados como «bajos» (impulsos, instintos, deseos, pasiones, etc.)
Sin embargo, si observamos detenidamente, vemos que junto a la represión de todo aquello que no queremos mostrar de nosotros, lo cual queda oculto en la «sombra», también encontramos en ocasiones una represión de nuestras partes más elevadas.
No sólo ocultamos nuestras bajezas, sino también nuestra luz. Quizá porque inconscientemente asociemos ese estado a una postura arrogante, o a sentir que uno puede distanciarse de «la mayoría» y quedarse sólo, quizá por pereza o por miedo a la responsabilidad que comporta asumir el propio poder, quizá por hábito, por comodidad, etc.
Abraham Maslow, padre de la psicología humanista, acuñó el término «complejo de Jonás» inspirándose en el personaje bíblico, que acabó en el interior de una ballena por renunciar al mandato divino de ser un profeta. Así, éste complejo nos habla del miedo a la propia grandeza (éxito, realización, felicidad…) o huir del propio destino, y más común de lo que pudiera parecer.
El héroe sería justamente aquél que sí asume su destino y no teme crecer, avanzar o brillar. Quizá, entre otras cosas, porque tenga un sentido de trascendencia que le impida quedarse encerrado en sí mismo.
Y tú, ¿tienes miedo de brillar?