Cansado, agotado, exhausto. Una fatiga metafísica tras un andar errado en la vida, buscando donde no hay, pidiendo a quien no tiene. Un esfuerzo titánico por cosas que no valen la pena, un querer llenar un vacío sin fondo. Llegar al límite, hundirse, sufrir hasta ya no poder más, atestiguar el fin de las ilusiones, las esperanzas y las promesas de bienestar. Rendición, entrega, muerte. La larga noche, el sueño inmortal, donde una paloma blanca viene al rescate, a cambiarnos de traje y sacarnos la máscara (-illa), liberándonos de la neurótica y egótica autorreferencialidad, la ignorancia, el automatismo y la falta de presencia.
Respirar. Subir. Elevarse. A veces, es preciso morir para que la libertad venga a buscarnos.
Transformación, transmutación.
Bienvenid@ a casa.
Y a ti, ¿qué te sugiere esta imagen?
el cuerpo filosofico 
Pusilanimidad, rendición y derrota, eso es lo que me dice esa imagen. Quizás tenga belleza estética, pero desprende fealdad ética. Mi divisa: luchar hasta morir si es preciso. Y si hay que morir, que sea con las botas puestas. Si has caido, te levantas. No hay excusa. Pero siendo generoso, quiero imaginar que ese pájaro que lucha por levantar el cuerpo inerte es la voluntad de es mismo cuerpo de no rendirse.
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Hola Antonio, gracias por tu comentario. A mí personalmente me llama más la interpretación simbólica, creo que da más de sí, así que me sumo a tu generosidad.
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Muy interesante el comentario de la imagen.
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Gracias Felicidad
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