El Asesoramiento Filosófico es un servicio mediante el cual una persona, con formación en filosofía, acompaña a otra en su proceso de autoconocimiento. No es propiamente una terapia, puesto que el objetivo no es tanto curar, sanar o “estar mejor”, sino desvelar la propia filosofía operativa del consultante, que yace en la raíz de todos sus conflictos, limitaciones, sufrimiento, crisis existenciales, etcétera. Por tanto, puede tener, y de hecho tiene, sus repercusiones terapéuticas, pero es como consecuencia de la toma de consciencia, no es algo que se busque en sí mismo.
Lo queramos o no, todos profesamos una filosofía, todos vivimos, actuamos y sentimos en base a una determinada interpretación de la realidad, aunque sea muy rudimentaria. Todos tenemos una serie de creencias, juicios y valores desde los que filtramos nuestra experiencia. Indagar en esta filosofía personal es ir a la raíz de nosotros mismos, lo que favorece, entre otras cosas, que podamos encontrar el sentido de nuestros patrones limitados –cognitivos, emocionales, conductuales-, aquellos que se repiten de forma automática, para poder comprenderlos y así transformarlos.
No es importante si la persona que asiste tiene conocimientos en filosofía o no, el único requisito es tener la actitud y la predisposición para andar el sendero del “Conócete a ti mismo”. También es útil para quien quiera iluminar qué se esconde tras sus crisis existenciales, problemas de relaciones, falta de sentido, angustia, bloqueos o sufrimiento en general.
El enfoque sapiencial que se adopta aquí proviene principalmente de la Escuela de Filosofía Sapiencial de Mónica Cavallé, que devuelve a la filosofía su espíritu original, como maestra del arte de vivir con excelencia, como medicina del alma, como guía para el buen vivir y la vida plena, alejándose del academicismo estéril y la palabra vacía.
Sapere aude – Atrévete a saber!