La gestión del estrés y las emociones pasan, desde mi punto de vista, por conectar con un estado de conciencia de mayor amplitud y espaciosidad, donde somos capaces de desidentificarnos de nuestros pensamientos y emociones. Los vivimos, pero no nos aferramos a ellos. Hay más distancia y, por tanto, mayor margen de maniobra.
En las sabidurías orientales y la antigüedad occidental, este estado recibe diferentes nombres en función de a qué tradición nos refiramos. Uno que da una idea clara de a qué se refiere es el de Testigo, un estado en el que se es capaz de observar las situaciones que producen estrés, los pensamientos asociados y las diferentes emociones sin reprimirlas pero sin dejarse llevar por ellas. Un estado donde el ruido mental se diluye en el silencio que todo lo comprende, repleto de energía.
LEse estado sobreviene cuando nos encontramos en relajación atenta, con la atención puesta en el momento presente. A través del contacto con el cuerpo, con la respiración, con la percepción sensorial, etc., vamos entrando gradualmente en ese espacio. La meditación, los ejercicios de relajación y los masajes colaboran enormemente a familiarizarse con él. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la práctica meditativa o los diferentes ejercicios y terapéuticas cumplen su propósito si después podemos llevar ese estado a lo cotidiano, en el que estamos más presentes, abiertos y disponibles. No deben convertirse en burbujas o vías de escape de nuestro día a día.
Hoy día muchas personas recurren al Mindfulness por los enormes beneficios que tiene, ya que se basa precisamente en eso: la atención plena. Sin desmerecer, es algo que ya se practicaba en el budismo -entre otras tradiciones orientales y occidentales- hace cientos e incluso miles de años.
Observemos este momento y veamos que sucede. Quizá descubramos que las emociones y los pensamientos que nos habitan están en movimiento, se van transformando. Observemos el cuerpo, quizá descubramos que lo mismo ocurre con nuestras sensaciones.
Es simple (aunque no por ello fácil), tan sólo hay que ir soltando y dejando ir.