Presentación

Si miramos a la naturaleza observamos que todo se sucede por ciclos, y en ese ir y venir, en ese abrir y cerrar, en esa expansión y contracción, estamos todos, desde las plantas y nubes hasta los animales y planetas, danzando en la existencia en forma de círculos y espirales.

Todo cambia, todo nace, muere, renace, se renueva, se deteriora, vuelve a crecer, muere y se transforma dentro de la dulce eternidad.

Hay ciclos dentro de ciclos, ciclos pequeños, de un día quizá, una tarea, una actividad, hay ciclos más largos, de días o semanas, y los hay todavía más largos, que pueden durar años. La vida, como una energía en movimiento, no tiene prisa, no hay más que mirar las estalactitas en una cueva, pero si que pide una cosa: que haya fluidez, crecimiento o, en otras palabras, que no haya estancamiento.

Hay momentos de reposo, de suspensión de la dimensión temporal, de contacto con lo que no tiene forma, espacio ni tiempo, eso es maravilloso, pero su quietud no tiene la cualidad del estancamiento. En éste último somos nosotros generalmente los que detenemos el flujo, porque quedamos atrapados en emociones, en creencias, en estados de ánimo, en patrones, en hábitos, en automatismos.

¿Hay una finalidad en este movimiento de la existencia? ¿O es aleatorio? ¿Será cierto, finalmente, que Dios juega a los dados?

En las cuevas de la sabiduría, se escuchan los ecos que dicen que sí, que la vida sigue una dirección concreta, que es la de actualizar los potenciales inherentes que cada ser tiene dentro suyo. Como el potencial de la semilla de convertirse en árbol, o del niño en adulto.

La vida tiende al crecimiento, al autodespliegue, a la autoactualización. Esto vale para las plantas, para los animales y también para los humanos. Y en la medida en que nos vamos desarrollando, en que vamos manifestando nuestro verdadero ser, vamos sintiéndonos más satisfechos, más plenos, más vivos.

El Cuerpo Filosófico es una vía de integración de las diferentes dimensiones de la persona -el cuerpo (soma), la mente y las emociones (psyque), y la consciencia (nous)- para fomentar su crecimiento, desde la Filosofía, el Cuerpo y la Terapia.

Es un acercamiento al Ser desde diferentes enfoques para contribuir al autoconocimiento y al autocuidado, y que se ofrecen en su conjunto tanto como por separado.

Las líneas de trabajo que sigo hacen referencia a lo que a mi me ha servido en mi camino, a aquello que he podido ir integrando y en lo que creo firmemente:

«Déjate silenciosamente llevar por el impulso de lo que en verdad amas»

Rumi